Debido a la popularidad de Google Adwords (la plataforma de gestión de publicidad online de Google), el coste por clic (CPC) se ha convertido en el modelo de compra de anuncios online más utilizado en la actualidad.
El coste por clic es un método de pago de anuncios online en el que solamente se paga cuando el usuario hace clic sobre el anuncio o banner.
Esto supone una importante ventaja para el anunciante porque que no va a tener que pagar nada por anuncios que aparecen en una determinada web hasta que el usuario navegue por el enlace.
Además, el hecho de que haga clic en nuestro anuncio hace suponer que, al menos en teoría, esa persona tiene una cierta necesidad relacionada con el producto o servicio que podemos ofrecerle. Dicho de otro modo: se trata de un potencial cliente.
El precio exacto del PPC se fija, casi siempre, mediante un sistema automatizado de puja en el que el anunciante debe realizar las siguientes acciones:
Aunque con el paso del tiempo se ha convertido en el sistema más utilizado por las empresas, además del CPC existen otros métodos de publicidad online:
La elección de un modelo u otro dependerá, en cualquier caso, de los objetivos concretos de la campaña. Si lo que pretendemos es potenciar nuestro branding o imagen de marca, el CPM es el método que nos va a proporcionar más visibilidad en la red. Por el contrario, si nuestra intención es lograr un retorno de la inversión (ROI), puede ser interesante el pago por acción concreta (CPA), sobre todo si la enmarcamos dentro de una estrategia general de marketing de afiliación.
Volviendo al PPC, lo cierto es que para que resulte un sistema rentable es necesario analizar muy bien una serie de factores antes de publicar el anuncio en una campaña en Google Adwords o en las principales redes sociales:
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