A la hora de poner en marcha un plan de marketing en redes sociales, hay que cuidar tanto forma como fondo, pues ambos transmiten mensajes a la audiencia. Es fácil cometer equivocaciones a la hora de publicar contenidos e interactuar con los usuarios. Sin embargo, podrás evitarlos si conoces los 7 herrores más frecuentes:
- Alineación entre la estrategia online y la estrategia offline: no se debe olvidar que la empresa también pone en marcha campañas de comunicación en medios convencionales en paralelo a las campañas en redes sociales que deben corresponderse en tono, mensajes, valores transmitidos y acciones. Si se realiza una campaña offline de cupones, por ejemplo, con un anuncio en una revista o periódico, también se le debe dar difusión a través de redes sociales. Ambas estrategias deben caminar de forma conjunta.
- Estimar adecuadamente los recursos que se necesitan: aunque los canales (la utilización de las redes sociales) no tienen coste, hay que saber darle valor a los profesionales que cada día están gestionando los contenidos en redes sociales y no plantear estrategias sobredimensionadas en esfuerzo por ser demasiado ambiciosas. Una dedicación menor de 15 horas semanales no producirá resultados visibles a corto plazo. Si el proyecto es grande, el mínimo será de media jornada o jornada completa. Los contenidos publicados en redes sociales son la parte visible, el final del proceso, pero detrás hay una gran cantidad de trabajo que si se hace bien consume mucho tiempo.
- Autopromoción: hay que saber equilibrar entre contenidos propios y externos, que indirectamente tienen que repercutir en nuestro producto o servicio (recuerda la ley del 80/20). Los contenidos deben tener como objetivo generar la conversación.
- Spam: muy relacionado con la autopromoción. Es muy negativo, por lo que hay que transformar el contenido spam en interesante. Cuando se redacta un contenido siempre hay dos maneras de hacerlo, la directa y más comercial o la que crea una historia alrededor del producto. Esta segunda es más difícil, pero atrae y engancha al usuario.
- Ser capaz de combinar diferentes contenidos y formatos para no caer en la rutina y aburrir a la audiencia. Al ir cambiando, la audiencia siempre estará atenta. De lo contrario, dejará de seguir a la empresa y difundir sus contenidos.
- Es clave que dentro de la web y el blog estén los marcadores sociales, es decir, los botones que permiten compartir el contenido en las redes sociales. No solo eso, sino que deben estar programados de manera adecuada, para que se comparta la información necesaria (mensaje, enlace y nombre de la empresa) y alcance mayor visibilidad.
- Localizar bien los accesos a las diferentes redes sociales, a través de un documento donde se guarden los nombres de usuario y contraseñas. Cuando no se encuentra una contraseña y no se sabe recuperar, todo el trabajo que se ha hecho se pierde.
Fuente imagen: Flickr / TerranceDC
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