Un plan de marketing debe ser como un traje a medida. Al igual que no se puede aplicar el mismo patrón a todas las personas, tampoco existe una fórmula en el plan de Social Media Marketing, y con ello una estrategia dentro de Facebook, que sea útil para todas las empresas.
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Los resultados llegan también de forma distinta y en momentos diferentes. Dependen en gran medida de dos factores. Por un lado el punto de partida, relacionado con el posicionamiento de la marca y cómo se traslada al mundo online para que los seguidores viajen con la marca a las redes sociales. Por otro lado, la apuesta económica, es decir, los recursos y la inversión que desde la empresa se destinen a poner en marcha la estrategia de social media en Facebook.
Dentro de esta estrategia, la definición de tu público objetivo es clave. Facebook ofrece bastantes posibilidades en este sentido. Será distinto si buscas generar relaciones con otras empresas (B2B) o te diriges al consumidor final (B2C), lo que dependerá de tu sector y la actividad de tu empresa. Tu público objetivo es el segmento de mercado al que diriges tus productos o servicios. Algunas variables son útiles para definir al cliente ideal y te servirán para definir los mensajes, los contenidos y las campañas de anuncios.
- Variables duras: se trata de factores demográficos fácilmente cuantificables, como la edad, el sexo, la ubicación geográfica, el nivel económico y la ocupación, aunque existen muchos otros. En Facebook es fácil aplicar la mayoría de estas variables, pues en sus bases de datos almacenan mucha de esta información de cada uno de sus usuarios.
- Variables blandas: se trata de factores psicológicos y por tanto más difíciles de identificar, medir y cuantificar. Aportan una dimensión no tangible a la definición del público objetivo y ayudan a segmentarlo mucho más. Las más comunes son el estilo de vida, los intereses, personalidad, valores y creencias. La herramienta de la que dispone Facebook para segmentar a los usuarios en este sentido es la selección de intereses.
Pongamos el ejemplo de un gimnasio. Entre sus variables duras tendrá mucha importancia la ubicación geográfica, pues habrá que dirigir los anuncios a personas que vivan cerca del lugar donde se encuentra el gimnasio. La edad también será un buen criterio de segmentación, pero no tanto el sexo. En cuanto a las variables blandas, será necesario escoger personas con intereses relacionados con la vida sana, el deporte y la alimentación.
Si tomamos, por el contrario, el caso de una empresa B2B, como los clientes no son personas reales sino otras empresas, las variables blandas no tendrán tanta importancia, pues son las que definen la identidad. Será necesario contar con otros criterios como el sector de actividad, el tamaño de la empresa o la ubicación geográfica.
Definir adecuadamente el público objetivo y sus necesidades es clave para filtrar y concentrar los esfuerzos en la generación de contactos cualificados para conseguir una base de datos de alta calidad, es decir, de personas que tienen muchas probabilidades de convertirse en clientes.