CSS es probablemente uno de los lenguajes más infravalorados y, sin embargo, uno de los más utilizados. Se trata de un elemento clave para el desarrollo web, pues junto al HTML, permite que las páginas que visitamos todos los días tengan un diseño atractivo y funcional.
En este artículo vamos a ver qué es CSS y para qué sirve, qué funcionalidades ofrece y cómo los desarrolladores lo utilizan para dotar de estilo propio a páginas y aplicaciones web.
¿Qué es CSS?
CSS es un lenguaje de diseño web que permite dotar de estilo gráfico a las páginas escritas en HTML. Sus siglas significan Cascading Style Sheets, que en español se traduciría como “hojas de estilo en cascada”. Actualmente, su uso en desarrollo web es generalizado, pues el 97 % de las webs emplean este lenguaje.
CSS permite declarar de forma sencilla cómo se verán los diferentes elementos de una web, dotándolos de posición, forma, color, fuente, etc. Es posible controlar y personalizar todos los elementos a partir del uso de un lenguaje específico.
Las declaraciones pueden realizarse en varias hojas de estilo, las cuales pueden heredar las propiedades de los elementos que elijamos. Esto permite reutilizar las propiedades de un elemento sin necesidad de reescribir código.
Las hojas de estilo se guardan en un archivo independiente y se referencian en la cabecera de las páginas HTML, aunque también se puede incluir código CSS dentro del mismo HTML. Los navegadores web interpretan los archivos CSS de forma de cascada (de arriba hacia abajo).
Además, tienes que saber que CSS funciona de forma dependiente junto al lenguaje de marcado HTML. Mientras que este se encarga de la estructura y contenido de un sitio web, el CSS se encarga del apartado visual y la experiencia de usuario. Por lo tanto, cuando una web no utiliza CSS, se aspecto no es más que una página en blanco con contenido en formato de texto plano.
Historia del CSS
CSS fue inventado en el año 1996 por la organización W3C (World Wide Web Consortium), institución mundial encargada de normalizar el uso y desarrollo de la tecnología que da forma a Internet. A pesar de su antigüedad, CSS sigue siendo fundamental para el desarrollo web, sin apenas alternativas funcionales.
En la versión 3.2 de HTML se introdujeron algunas etiquetas para seleccionar el tipo de fuente a utilizar, pero enseguida surgieron problemas entre los desarrolladores. Fue entonces cuando W3C decidió crear CSS, con el objetivo de ofrecer una solución sencilla para diseñar webs funcionales y compatibles con la mayoría de navegadores web.
En la actualidad, la mayoría de webs utilizan CSS3, la tercera revisión del lenguaje lanzada en 2011. Una de sus principales novedades fue la capacidad de hacer que una web se adaptara fácilmente a distintos formatos de pantalla. Este cambio fue necesario ante el crecimiento del uso de dispositivos móviles.
Funcionalidades en CSS
La sintaxis de CSS proporciona la oportunidad de dar formato visual a elementos HTML. Este tiene una estructura bastante simple que permite seleccionar un elemento declarado en una página HTML y otorgarle ciertas propiedades. Por ejemplo, podemos elegir la fuente, el tamaño y el color de los encabezados (H1, H2, H3…) o el color del texto de un botón, entre otras miles de opciones.
Selectores y estilos en CSS
Los selectores son las etiquetas que permiten identificar y referenciar los elementos de una página. Cada elemento tiene un identificador de tipo, por ejemplo, los párrafos se seleccionan utilizando la etiqueta <p>. Si damos estilo a una etiqueta, este se aplicará de forma generalizada a una página.
Además, a cada elemento declarado es posible otorgarle un identificador único (id) o una clase (class), que se puede relacionar con un conjunto de elementos. Esto permite personalizar componentes web uno por uno o crear conjuntos de elementos que deben tener el mismo aspecto. Las clases e identificadores son sensibles a las mayúsculas y pueden contener números o caracteres especiales.
Propiedades y valores en CSS
Cada elemento declarado en la hoja de estilo sigue una misma estructura. Las propiedades a modificar se encierran entre llaves { } y se declaran haciendo referencia a su nombre de atributo. Después se deben escribir el símbolo dos puntos (:) y seguidamente el valor asignado. Cada atributo se cierra con punto y coma (;).
Para entenderlo mejor veamos un ejemplo en el que se modifica el estilo de texto de un párrafo. La “P” hace referencia al tipo de elemento, se abre una llave y se modifican los atributos color, que será de color rojo, y el tamaño, que será de 20 px. Se añade un punto y coma para cerrar la instrucción y se cierra la llave para finalizar la declaración.
P {
color: red;
font-size:20px;
}
Ventajas CSS
Como puedes observar, el código CSS es muy simple y fácil de entender, lo que en su momento facilitó su aprendizaje y rápida expansión entre los desarrolladores web. El CSS ofrece grandes ventajas:
- Visual: ¿te imaginas navegar por internet leyendo solamente texto plano? El lenguaje CSS permite controlar la apariencia de una web y mejorar su usabilidad.
- Fácil: el CSS es fácil de escribir e interpretar. Cualquier desarrollador puede entender lo que otro profesional ha escrito. También facilita las modificaciones.
- Rápido: el lenguaje CSS es muy ligero, ya que al tratarse de texto plano, apenas ocupa espacio. Esto favorece la carga rápida.
- Personalizable: permite personalizar cualquier detalle de una web, desde lo más general hasta lo más específico.
- Adaptable: proporciona el lenguaje necesario para crear estilos que se adapten a dispositivos móviles como smartphones y tablets.
- Compatible: en la actualidad CSS3 es compatible con la mayoría de navegadores web disponibles.
- Reutilizable: el código CSS puede ser reutilizado una y otra vez para hacer diferentes webs.
Integración del CSS con HTML y otros lenguajes
La integración de CSS y HTML5 permiten diseñar webs muy atractivas y completas. Sin embargo, a la hora de añadir funcionalidades más complejas, es necesario utilizar lenguajes de programación avanzados. Estos se integran perfectamente y permiten crear cualquier tipo de aplicación web.
Uno de los lenguajes más utilizados en el mundo web es JavaScript o JS. Este añade funcionalidades interactivas a las páginas escritas en HTML y CSS, como por ejemplo animaciones, efectos o responder a los clics del usuario. También permite detectar errores, realizar cálculos matemáticos o crear deslizadores adaptativos.
Otro lenguaje muy utilizado en el mundo web es el PHP. De código abierto, es un lenguaje que se ejecuta del lado del servidor y uno de los pioneros a la hora de transformar sitios web estáticos en dinámicos. Permite crear scripts que contienen funciones capaces de recoger y enviar información a un servidor. Estas capacidades permiten crear aplicaciones web de todo tipo.
Desde hace un tiempo Python se ha convertido en un lenguaje de desarrollo web muy utilizado debido a su potencia y similitud de su sintaxis con el inglés. Es muy adecuado para trabajar con datos, soporta multitud de estilos de programación y permite un desarrollo muy rápido y completo.
Recomendaciones de buenas prácticas en el uso de CSS
CSS es un lenguaje sencillo que puede llegar a ser difícil de comprender si no aplicamos buenas prácticas. Una web puede contener un gran número de líneas CSS, por lo que si estas no están bien redactadas, será complicado de entender o modificar. Para ello se recomienda:
- Orden: el orden es esencial en cualquier lenguaje de programación. Es importante mantener una buena estructura, coherencia en el nombre de las clases, respetar las sangrías y comentar el código.
- Saltos de línea: aunque el código CSS funciona incluso si está desordenado, se aconseja utilizar saltos de línea para separar la declaración de elementos y propiedades.
- Utiliza diferentes hojas de estilo: cuando un sitio web se vuelve cada vez más grande, es aconsejable separar los estilos en diferentes hojas utilizando una estructura lógica..
- Minimalismo: siempre que puedas opta por el minimalismo. Si puedes hacer algo en una línea en lugar de dos, hazlo.
- Utiliza bien las clases y los IDs: los ID se utilizan para seleccionar un solo elemento, mientras que las clases permiten aplicar un estilo a más de un elemento.
- Redundancia: otra de las mejores prácticas CSS es evitar la redundancia siempre que puedas. No repitas código, utiliza abreviaturas CSS, añade varias clases a un elemento o combina elementos cuando sea posible.
- Accesible: tu código CSS debe ser accesible, es decir, capaz de hacer que tu sitio web sea utilizable por el mayor número de usuarios posible.
Herramientas y recursos útiles
Tanto si estás aprendiendo a diseñar webs con CSS como si estás interesado en ello, debes saber que existen un montón de herramientas y recursos útiles que puedes utilizar. Aunque hay muchas más, a continuación te dejamos algunos de los recursos más destacados:
- Editores HTML: aunque el código de CSS es texto plano que puede escribirse incluso en un bloc de notas, existen diferentes editores HTML que nos facilitan la tarea. Los más populares son Visual Studio Code, Sublime Text, Notepad++ y Atom.
- W3Schools: como decíamos anteriormente W3C es la organización encargada de normalizar el uso de HTML y CSS en todo el mundo. Su web W3Schools es toda una referencia en el sector, pues ofrece muchísimos recursos para aprender CSS y otros lenguajes web.
- CSS validator: siguiendo con recursos de W3C, este ofrece una herramienta que permite validar nuestro código CSS, ofreciéndonos consejos para optimizarlo e identificado los errores.
- Formación: en internet encontrarás un buen puñado de cursos y tutoriales para aprender CSS. W3Schools ofrece un curso de iniciación muy completo. Mozilla Firefox también ofrece un curso muy completo, al igual que la web para desarrolladores de Google.
- ChatGPT: el chatbot de inteligencia artificial más famoso del momento también es un recurso muy útil a la hora de programar CSS. Podemos pedirle que nos escriba código desde 0, hacerle preguntas específicas o pasarle nuestro código para que lo corrija, entre muchas otras utilidades.
- Frameworks: los frameworks de CSS ofrecen plantillas muy completas que podemos utilizar para diseñar nuestra web. Bootstrap es uno de los más populares en la actualidad, aunque existen otros como Foundation, Tailwind CSS o Bulma.
- Preprocesador: un preprocesador CSS permite escribir pseudocódigo CSS y transformarlo en CSS estándar. Permite utilizar variables, funciones, importar archivos, etc. Los más populares son Less, Sass y Stylus.
- Minimizar: existen algunas herramientas de minificación CSS que nos permiten reducir el código de nuestras hojas de estilo para que estas carguen más rápidamente. Te recomendamos CSS Nano, Clean CSS o CSS Compressor.
Como has podido comprobar, CSS ha sido desde sus orígenes un lenguaje fundamental para el funcionamiento de la World Wide Web. Gracias a él, los diseñadores web pueden construir páginas atractivas y usables capaces de adaptarse a todo tipo de dispositivos. ¿Te ha quedado alguna duda? ¡Deja tu comentario! Estamos aquí para ayudarte.
Publicado originalmente el 11 de julio de 2023
Revisado y validado por Susana Meijomil, Inbound Content Manager en InboundCycle
Ana Claudia Ferreira
Marketing Executive en InboundCycle, especializada en SEO y gestión de contenidos. Graduada en Publicidad y Propaganda en IBMEC - RJ, y con máster en Marketing de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona. Comenzó su carrera con prácticas en una agencia de comunicación, y luego trabajó en una multinacional antes de unirse a InboundCycle como ejecutiva de cuentas. Lleva más de un año fortaleciendo la presencia en línea de la agencia a través de la gestión de contenidos.