Se supone que cuando abrimos una cuenta o perfil en una red social o al inscribirnos en cualquier site o plataforma de Internet, todos leemos los términos y condiciones de uso del servicio. En teoría es así, pero en la práctica, por una mezcla de falta de tiempo y bastante pereza, casi nadie hace caso de toda esa amalgama de pautas legales, reglamentos y permisos.
Si eres de los que considera que los términos legales no van contigo y que sólo es cosa de juristas o abogados, deberías saber que, por ejemplo, de acuerdo a esas condiciones todos los que queremos tener un perfil en Facebook nos vemos obligados a aceptar que dicha red social tenga permiso para usar nuestros contenidos (fotos, vídeo, textos) de la forma que le plazca. Y el resto de medios sociales tienen cláusulas similares.
Las cláusulas de las principales redes sociales que todos deberíamos conocer
Aunque lo normal es que no nos acaben ocasionando problemas importantes, esta es una recopilación de algunas de las cláusulas de las redes sociales más utilizadas. Y es que, ya que las aceptamos de forma automática y por imposición, lo lógico es conocerlas para poder tenerlas presentes.
Facebook tiene permiso para utilizar nuestros contenidos
Las condiciones de Facebook especifican que, aunque la propiedad intelectual sigue perteneciéndonos, desde el momento en que publicamos algo, da igual que sea un foto, un vídeo o un poema, le permitimos a la red líder de Internet hacer el uso que considere más conveniente de dichos contenidos, por supuesto sin recibir ningún tipo de remuneración o contrapartida.
Únicamente hay una forma de revocar esta licencia, a todas luces fuera de lugar: borrar los contenidos de la red. Aunque se trate de una cláusula que a muchos nos parezca abusiva, lo cierto es que Twitter, Instagram, Google+ y otras redes sociales incluyen términos muy similares en sus condiciones de uso.
Obligación de mantener la información de contacto actualizada
Seguimos con Facebook. La red de Zuckerberg requiere por escrito a los usuarios la obligación de mantener sus perfiles actualizados cuando se produzca alguna modificación en sus datos de contacto, como la cuenta de correo electrónico o el teléfono móvil. En este último dato, se especifica incluso que el término de actualización no debe exceder de 48 horas.
Twitter puede rastrear casi todo
Cuando nos abrimos un perfil en Twitter, le permitimos expresamente a la compañía rastrear nuestra dirección IP, tipo de navegador, sistema operativo, página web de referencia, páginas visitadas, ubicación, operador de telefonía móvil, dispositivos y aplicaciones IDs, términos de búsqueda e información de las cookies. Es evidente que Google hace prácticamente lo mismo.
Limitaciones de contenido en Instagram
Si no quieres vulnerar alguna normativa de la red social de las instantáneas, debes abstenerte de publicar contenido sexual no solo explícito, sino también sugerido.
Instagram puede utilizar nuestras ideas
Los términos legales de Instagram especifican que si, por alguna razón, una idea es considerada interesante por Instagram puede utilizarla libremente, por supuesto sin pagar un solo centavo. Eso sí, la red deja claro que, como norma general, la política de la compañía es «no aceptar o considerar el contenido, información, ideas, sugerencias u otros materiales que no hayan sido solicitados específicamente».
Linkedin no permite agregar a alguien con quien no tienes ninguna relación
Aunque muchos profesionales se lo saltan con el objeto de ampliar lo más posible su red profesional o networking, lo cierto es que para contactar con alguien en Linkedin, antes debes especificar algún tipo de vinculación con esa persona: formación o trabajo mutuo, amistad, etc.
Prohibido mentir
Linkedin prohíbe específicamente que sus usuarios agreguen información falsa o inexacta en sus perfiles. Una condición, en este caso, lógica y del más puro sentido común en una red enfocada al ámbito profesional que muchos empleadores utilizan para reclutar los trabajadores más idóneos.
Su espectacular penetración y uso constante, hace que la mayoría no nos tomemos demasiado en serio las condiciones de uso de las redes sociales. La tendencia general es aceptarlas automáticamente, abrir el perfil, dar los datos personales que se nos pidan y empezar a subir contenidos.
En ocasiones, aunque eso depende de cada cual, se traspasa la frontera de lo que debería quedar en la intimidad o con una cierta protección en el ámbito de la propiedad intelectual y los derechos de autor.
Es posible que el conocimiento de estas condiciones nos haga ver las redes sociales con un mayor nivel de prudencia, sopesando con un poco más de cuidado las publicaciones y los datos personales ofrecidos.