Los últimos datos relativos a la red social número uno, Facebook, cifran en más de 1.280 millones el número de usuarios activos, de los cuales 609 millones acceden diariamente a través de dispositivos móviles. Nadie puede negar que estamos ante unos datos absolutamente estratosféricos, que parecen difícilmente superables. Pero por lo visto Mark Zuckerberg y sus chicos aún quieren más, mucho más.
La clave: los mercados emergentes
Aumentar la penetración en los países desarrollados, como EEUU o España, donde más de la mitad de la población total tiene abierto al menos una perfil o cuenta en Facebook es francamente complicado. Por ese motivo, los tentáculos cibernéticos de la red de redes han colocado el punto de mira en los países emergentes de Asia, África y América Latina.
Y es que en el conjunto de Asia la penetración de Facebook es de sólo un 6% y en Africa aún menos: un 5%. Para Facebook eso es un fracaso y quiere cambiarlo a toda costa.
Pero sus planes expansionistas chocan con un importante problema: el pobre desarrollo de las conexiones a Internet, tanto por cable y especialmente 3G, y la todavía más exigua penetración, al menos por ahora, de los teléfonos inteligentes o smartphones.
Para Facebook no existe lo imposible.
Imposible, irrealizable, inaccesible, inalcanzable... esos conceptos y sus sinónimos no parecen existir para el equipo de la gran red social . «Es cuestión de estrujarnos el cerebro y encontrar la manera de adaptarse a cada situación». Nos imaginamos que algo así debió pensar Zuckerberg antes de ponerse manos a la obra y, finalmente, dar con la solución para crecer todavía más.
Facebook Zero: una red de bajo perfil
En el 2010 se puso en marcha Facebook Zero y, desde entonces, no ha dejado de expandirse entre la población de 45 países en vías de desarrollo. Se trata de una versión de bajo perfil de la aplicación móvil de Facebook con la gran ventaja que puede utilizarse en la inmensamayoría de móviles del mundo, no solo en los smartphones.
Facebook Zero no es una virguería técnica pero permite ver la notificaciones, las solicitudes de amistad y las actualizaciones de estado en formato texto (aunque si el teléfono lo permite también se pueden visualizar fotos). Lo más importante es que es un servicio gratuito para el usuario, ya que se beneficia de lo que se conoce como tasa cero de las compañías telefónicas.
En realidad, es mucho más que una versión "cutre" de Facebook. Es la solución ideada por ellíder social de Internet para llegar a más usuarios con un éxito notable. En muchos países de África el número de usuarios de Facebook se dobló a los pocos meses y se dispararon las solicitudes para adquirir un mayor volumen de datos y de teléfonos con más prestaciones, con el objeto de poder utililzar la red social en todo su esplendor.
No se vayan todavía, aún hay más..
En una línea parecida a Zero, Facebook ha puesto en marcha otros productos similares, comoFacebook SIM Gemalto, que permite la utilización de una interfaz básica de Facebook en una tarjeta SIM de prepago modificada o Facebook Fonetwish, una aplicación que instalada en el servidor de telefonía posibilita el acceso al Facebook básico. En Argentina y otros países estos sistemas discurren también por la senda del éxito.
Una adicción llamada Facebook
Facebook es una de los servicios más adictivos de Internet. De ello son conscientes tanto los responsables de la propia red social, como los proveedores de telefonía y fabricantes de teléfonos inteligentes. De ahí que, en conjunto, se acoga con gran satisfacción estas estrategias de Facebook, puesto que indirectamente van a beneficiar e todos los implicados en el negocio de las telecomunicaciones e Internet.
Si dejamos a un lado las consideraciones éticas, hay que reconocer que Facebook se merece un 10 en marketing, sobre todo por la búsqueda de soluciones ingeniosas y alternativas. Sin embargo, tampoco les falta razón a los que consideren reprobable que desde una empresa se haga todo lo posible para crear hábitos de consumo adictivos relacionados con la alta tecnología, en países donde la inmensa mayoría de la población, en pleno siglo XXI,todavía carece de lo más básico.
